Hoy en día es frecuente oír que alguien estaba «en el lugar equivocado en el momento equivocado». ¿Cuándo puede ocurrir esto y qué puede derivarse de ello? Veamos.

A menudo nos encontramos con alguien sin esperarlo. Y esto puede traer alegría, tristeza y también decepción. A veces, el encuentro produce una gran alegría, pero luego tristeza.

Cuántos encuentros festivos han tenido consecuencias desafortunadas. Porque faltó cuidado, faltó vigilancia y prevaleció la emoción.

Y así, desde el Edén, ha habido encuentros con consecuencias en las que nunca se había pensado y que fueron terriblemente perjudiciales, no sólo para uno de los encontrados, sino para otros innumerables que dependían de lo que se hiciera en ese encuentro.

El episodio entre Eva y la serpiente resultó en un desastre de proporciones inimaginables. Afectó a toda la humanidad, no sólo a los engendrados por Eva.

Y aún hoy, hay encuentros fortuitos e impropios que traerán resultados imprevisibles, indeseables y hasta desagradables.

Puede ser la generación de uno o más hijos no deseados, o pueden ser acuerdos maléficos para una sola persona o para un pueblo, una nación e incluso para toda la humanidad.

Muchas de estas reuniones han generado expectativas y esperanzas para muchos, como las reuniones de gobiernos de países en conflicto. Estos han generado más frustración que alegría.

El encuentro fortuito de una semilla masculina y un óvulo no sólo ha traído alegría, sino también tristeza y frustración. Y ha revelado que alguien ha tenido uno o más encuentros impropios y prohibidos con otro.

Esta vida es un cúmulo de encuentros, en los que muchos firman un cheque en blanco que se extiende sobre una cuenta sin saldo, pero cuyo importe se cargará hasta el final, y que se cobrará al final, cuando se liquiden las cuentas.

Así que mantén tu corazón en el cielo cuando te encuentres con alguien en esta tierra. Porque no debes confiar en nadie, por muy brillante que sea la luz.

Guarulhos-Sp, 07/06/2025

Oli Prestes
Misionero

oliprest